miércoles, 15 de julio de 2020

La pandemia no significa dejar de luchar

 La Juventud Paraguay Pyahurã está en un proceso muy importante de su historia, en donde los temas como el cambio generacional de sus militantes-que pasan de ser jóvenes a engrosar las filas de los adultos-, el programa político de "Tierra, Educación y Trabajo" y la consolidación de la organización de la juventud para enfrentar los grandes desafíos de nuestros tiempos se coloca hoy en el orden del día del debate nacional de los jóvenes.  



Antes de la Pandemia del Covid 19 la JPP venía haciendo grandes campamentos en diferentes departamentos del país para debatir nuestro programa político, ajustando así nuestra organización para luchar por una patria nueva con Tierra, Educación y Trabajo. La tarea principal fue la militancia en el seno de la juventud y convocar un gran Congreso Nacional, ocasión en que se debatiría el plan de lucha y el cambio generacional. Esto quedó postergado por la coyuntura de la pandemia del COVID 19

A pesar de la postergación del Congreso Nacional, definimos seguir adelante para  enfrentar la crisis con todas las dificultades que trajo la cuarentena, como el no poder hacer más reuniones grandes, plenarias, asambleas ni marchas. Aún así, se encontró la forma de no perder el hilo de la política, ya que sin política caemos en el individualismo y la paranoia desmedida. Por ese motivo debemos seguir organizados, porque con esta crisis la tierra, la educación y el trabajo es lo que más anhela nuestra juventud y no podemos permitirnos bajar nuestros brazos combativos.



La pandemia trajo consigo nuevos problemas para las y los jóvenes y agudizó los que ya teníamos. Somos parte de la lucha de nuestro pueblo con las ollas populares, también debatimos la coyuntura nacional e internacional. Instamos a cuidarnos para que no nos enfermemos y no enfermar a otros, pero esto no significa -en ningún sentido- dejar de luchar.

JPP en redes: 

  /JuventudParaguayPyahura

  @pyahura 

 @juventud_pp 

La casa no siempre es un lugar seguro para muchas mujeres

 La expresión “Quedáte en casa” como medida sanitaria para impulsar el aislamiento social, constituye una trampa y un riesgo para la integridad física, psicológica y para la vida misma de muchas mujeres, quienes son obligadas a permanecer en cuarentena con su agresor. Sin embargo, la violencia contra las mujeres no sabe de cuarentenas, sino por el contrario, hace disparar las estadísticas de denuncias  como ya lo mencionara el Frente Mujer en un comunicado del mes de abril, a lo que se agrega otros números como por ejemplo el aumento del 78% de denuncias sobre violencia contra la mujer durante la cuarentena sanitaria, en comparación con las cifras del año pasado.

Si antes del coronavirus no éramos capaces de ver crudamente al modelo de Estado que tenemos, ahora sí, ya que se desnuda ante nuestros ojos esta maquinaria productora de pobreza y desigualdades, con una carencia absoluta de políticas de protección social para el pueblo, incluyendo aquellas que protejan la vida de las mujeres, especialmente de quienes deben lidiar cotidianamente con privaciones económicas y sociales.

Y en el mes de mayo, es seguro que desde el Gobierno los mejores halagos estarán a la orden del día, con la exponencial hipocresía del manto que pretende ocultar debajo los índices de desempleo, falta de acceso a la salud, a la tierra, a la alimentación, feminicidio y otras violencias.

 Por ello, la organización de las mujeres, las denuncias y la lucha “por una patria nueva sin violencia hacia las mujeres” se impone cada vez más, dentro y fuera de los tiempos de pandemia, construyendo un mejor presente para tantas, con una mirada hacia el futuro para todas.


Lenin, a 150 años de su nacimiento

     “La victoria de la revolución será la dictadura del proletariado y el campesinado”

𝐕𝐥𝐚𝐝𝐢𝐦𝐢𝐫 𝐋𝐞𝐧𝐢𝐧 (𝟏𝟖𝟕𝟎 - 𝟏𝟗𝟐𝟒), 𝐝𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐮𝐧 𝐝𝐢𝐬𝐜𝐮𝐫𝐬𝐨 𝐞𝐧 𝐌𝐨𝐬𝐜ú

En el año 1.870, a orillas de los ríos Volga y Sviyaga en Simbirk (Rusia), nació Vladimir Illich Ulianov.  

Cuando  tenía 17 años, su hermano mayor Aleksánder fue condenado a muerte por tratar de organizar un atentado contra el zar Alejandro III. Su ejecución tuvo un impacto decisivo en las visiones políticas de Vladimir.

Las ideas principales de Lenin se encuentran en dos de sus obras, El imperialismo, estadio superior del capitalismo (1916), y El Estado y la Revolución (1917) Lenin afirmaba que para organizar la Revolución eran necesarias varias condiciones. En primer lugar, era fundamental el papel del partido, considerado como la vanguardia del proletariado, que debía estar cohesionado y ser disciplinado. En segundo lugar, era necesaria la participación de los intelectuales.

Por otro lado, Lenin fue el primer marxista que puso de relieve la importancia del campesinado, basándose en un profundo análisis de los procesos socioeconómicos del campo ruso, y desarrollando de manera creadora las ideas de Marx y Engels sobre la alianza de la clase obrera con el campesinado.

En 1917 Lenin  dirigió la insurrección de los bolcheviques contra el Gobierno provisional de Kerensky conquistando así el poder en Rusia, convirtiéndolo en una potencia industrial de primer orden y haciéndolo superar el retraso respecto a los Estados occidentales.

En 1918 Vladímir Lenin sobrevivió a un atentado, pero la herida dejó sus secuelas lo que llevó a su fallecimiento el 21 de enero de 1924.

Lenin sigue presente: su cuerpo aún se conserva embalsamado en el Mausoleo de Moscú. Pero por sobre todo, sigue presente en el puño y en el corazón de miles de revolucionarios de todo el mundo.

Acciones de la FNC

La pandemia del coronavirus ha desnudado la situación de dependencia, la corrupción permanente y las precariedades de las políticas públicas y sociales hacia la mayoría del pueblo. Con la cuarentena miles de trabajadores quedaron sin trabajo, ingresos y sin tener que comer. Por eso desde la Federación Nacional Campesina (FNC) se ha priorizado la solidaridad del pueblo con el pueblo, que está pasando muchas dificultades y penurias. 

Hasta fines de mayo la organización ha entregado alrededor de 60 mil kilos de alimentos producido por los pequeños productores, en Misiones, Concepción, Canindeyú, San Pedro, Caaguazú y Central, principalmente a personas de asentamientos urbanos de la periferia, comunidades indígenas, ya sea casa por casa, de forma individual o colectiva o contribuyendo y participando en las ollas populares.

Debido a la escasez y los abusivos precios de los alimentos frescos en los centros de distribución y comercialización, se presentó al Ministerio de Agricultura y Ganadería(MAG) una propuesta de reorientación presupuestaria y mayor inversión para la producción de alimentos, especialmente frutihortícola, para enfrentar la crisis por la pandemia, que afecta la distribución y consumo de alimentos, con el objetivo de impulsar el abastecimiento alimentario por la agricultura campesina. Al respecto se esta teniendo conversaciones con las autoridades del MAG.

Por otro lado, entre marzo y abril se ha realizado exitosamente la comercialización de la producción de sésamo, que entre los miembros de la FNC alcanzó 323.169 kilos (sin contar la regional Itapúa), mediante un contrato acordado previamente (volumen y precio de referencia) con una empresa privada paraguaya procesadora y exportadora.

Con el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (SENAVE) y el MAG se está trabajando respecto a la enorme pérdida de la producción de tomate y locote ocurrida en Central por el ataque de enfermedades (hongos y bacterias): El proceso en marcha es: 1) un estudio para identificar el problema, 2) el tratamiento sanitario, 3)el apoyo para garantizar la producción. Asimismo, se realiza un seguimiento a la asistencia del Gobierno, de insumos y semillas, a pequeños productores de Blas Garay y 3 de febrero (Caaguazú).

Internamente, en la organización se impulsa el debate sobre la importancia de la producción,en estos momentos de crisis, especialmente de alimentos, tanto de autoconsumo como para el abastecimiento nacional. En este contexto, el acceso y la tenencia de la tierra es el centro del debate, al ser un recurso esencial para producir. Con tierra y producción se tiene alimentos para comer, abastecer a las ciudades, obtener ingresos y realizar una vida digna. Muchos paraguayos y paraguayas que migraron a otros países por no poder acceder a un pedazo de tierra y trabajo, están regresando hoy a causa de la pandemia. Desde la FNC, seguiremos luchando cada vez con más fuerza por la realización de la Reforma Agraria y a través de esta,por la distribución equitativa de la tierra, concentrada en manos de grandes latifundistas.

¡Sin Reforma Agraria no habrá paz!




El debate sobre la Reforma del Estado en el marco de la pandemia del coronavirus


 Ña María tiene su puesto de venta de frutas sobre la avenida Eusebio Ayala de Asunción. Todos los días, muy de madrugada, viene desde Ypane por el Mercado de Abasto para comprar las frutas que vende en el puesto. Hace más de 15 años tiene la misma rutina de lunes a sábado; con lluvia, frio, calor o buen tiempo, siempre está allí; ni la gripe, el dolor de cabeza o la presión alta, impiden su rutina laboral. Es que con la pequeña ganancia diaria obtenida mantiene a su familia y los hace estudiar -dice orgullosa. Comenzó vendiendo remedios yuyos y actualmente vende frutas y hasta comida al mediodía para otros trabajadores de la zona, con la ayuda de la hija mayor. Su compañero y padre de las tres hijas y dos hijos falleció hace tiempo en un accidente en la construcción. Su ingreso diario no alcanza el jornal mínimo, no tiene seguro médico, ni tendrá jubilación y tampoco es beneficiaria de ninguna asistencia social del Estado. Ella forma parte de los 1.800.000 trabajadores informales del país, más del 70% de los trabajadores según las estadísticas oficiales.

 

Ahora, Ña María está desesperada. La cuarentena por el coronavirus, que inició en la segunda semana de marzo, le impide trabajar y sobre todo tener ingresos para comer. Ella y sus hijos sobreviven mediante la solidaridad de los vecinos que se organizaron para las ollas populares y así poder comer, por lo menos, una vez al día. Tiene la esperanza de que en algún momento le alcance la ayuda del Gobierno, ya que su hijo más grande le anotó a través del celular en uno de los programas, “aunque ya pasó un mes otra vez” -expresa.

 

Miles de trabajadores informales, como Ña María, muchos precarizados, otros con empleo formal, quedaron sin trabajo y sin poder llevar el sustento diario a su hogar, en un Estado con limitadas posibilidades y serias incapacidades para proteger a la población en esta situación de emergencia. Las desigualdades económicas y sociales están a la vista: mientras la clase dominante y otros sectores pudientes se encerraron en sus mansiones o fueron a sus quintas periurbanas, casas de campo o establecimientos ganaderos a pasar la cuarentena, con la heladera y la despensa bien llenas, el pueblo raso no tuvo más remedio que refugiarse en sus barrios populares, viviendas mínimas o casas de hule y cartón, muchos sin trabajo, ingresos y alimentos, por el miedo real al contagio y la posibilidad de ser imputado en caso de no respetar las disposiciones de aislamiento social.

 

Debido a la histórica precariedad del sistema de salud y la posibilidad real de una catástrofe sanitaria, el Gobierno impuso tempranamente una cuarentana restrictiva y obligatoria de “quedarse en la casa”, cuyos efectos inmediatos fueron: el paro laboral de los trabajadores informales, especialmente de las ciudades; la cesantía de 122.000 trabajadores formales (cifra oficial hasta fines de mayo), el cierre temporal o definitivo de cerca del 50% de las micro, pequeñas y medianas empresas (MPyMEs) (el 60% de los trabajadores del país trabajan en estas empresas); el aumento desmedido de los precios de los alimentos básicos y el hambre en muchos sectores de la población. 


En este sentido, es la solidaridad comunitaria y la cooperación beneficiosa de distintas instituciones sociales, organizaciones sociales y personas de bien, en los barrios populares urbanos, pueblos y comunidades campesinas, las que hasta ahora han paliado el hambre de la mayoría de la gente. A mediano plazo se prevé una expansión de la crisis, con el aumento del desempleo y subempleo, el trabajo infantil, la disminución de los ingresos y en consecuencia el aumento de la pobreza total y los niveles de subnutrición y hambre, así como, de una mayor desigualdad social.

 

Para hacer frente a la emergencia sanitaria y paliar las consecuencias de la cuarentena impuesta a la población, el Gobierno promulgó la Ley 6524/2020 de Emergencia Sanitaria con un costo de 1.600 millones de dólares, destinados a: un Fondo de Ayuda Social (Ñangareko, Pytyvo, IPS, kits de alimentos, Tekopora, Adultos Mayores); Fondo de Garantía para créditos a las MPyMEs (FOGAPY); recursos para el Crédito Agrícola de Habilitación (CAH); suspensión por tres meses del pago por el consumo de electricidad para el sector medio y bajo de la población; recursos para el Ministerio de Salud Pública para la compra urgente de insumos, medicamentos, reactivos, equipamiento, construcción y contratación de recursos humanos; y recursos para el financiamiento del gasto público (básicamente salarios y funcionamiento de las instituciones públicas por tres meses).

 

La totalidad de los recursos es con financiamiento de deuda pública a través de la colocación de bonos soberanos (USD 1.000 millones) y préstamos internacionales (USD 620 millones) y del Banco Central del Paraguay (BCP) (USD 822,6 millones), que en total y hasta fines de mayo ya ascendió a 2.442,6 millones de dólares (equivalente al 6,8% del PIB), sobrepasando 842,6 millones de dólares el monto previsto en la ley de emergencia. Esto debido a la suspensión temporal del pago de las obligaciones tributarias, desfinanciando así al Estado, pero beneficiando a los sectores económicos de mayores ingresos de la población.

 

La situación actual y el futuro poco alentador ha avivado en la sociedad la discusión sobre las características del Estado que tenemos y el Estado que querríamos tener en base a la realización de los derechos humanos económicos y sociales, y el mejoramiento del bienestar de toda la población.

 

El Estado actual se sustenta en un modelo económico concentrador (poco distributivo), basado en el extractivismo o agronegocios de exportación, con baja absorción de mano de obra y con ínfimo aporte al fisco; en el sector comercial, principalmente, comercio de frontera o de reexportación y; una estructura de unidades económicas donde el empleo se concentra mayoritariamente en MPyMEs y el trabajo informal. En este modelo económico conviven imbrincadamente actividades legales e ilegales, esta última caracterizado por el tráfico de drogas, armas, trata de personas, contrabando, evasión fiscal, entre otros, que conjuntamente con los grupos oligárquicos conforman verdaderas mafias que controlan o son parte del poder político del país. 

 

La administración política y financiera del Estado es rentista (beneficiando a empresas proveedoras), corrupta y sostenedora de privilegios de los sectores dominantes, políticos y altos funcionarios. Con ingresos limitados debido a la baja presión tributaria (de 10% del PIB, la más baja de américa latina, siendo el promedio regional del 29%) que beneficia principalmente al sector sojero (que solo aporta al fisco alrededor del 5% de todo lo recaudado tributariamente). 


Desde 2012 es presupuestariamente deficitaria y financiada con deuda pública que ya sobrepasa el 29% del PIB y que deberá pagar la generación actual, los hijos y los nietos de esta. Un Estado cuya “política de protección social” se basa principalmente en programas selectivos y focalizados de asistencia social tipo Tekopora y Adultos Mayores; con políticas sociales como salud y educación, segregadas y de mala calidad y servicios públicos como agua potable y saneamiento que no llegan a toda la población; con inserción laboral precarizada e informal y con poca promoción productiva de la agricultura campesina e indígena productora de alimentos, así como de las MPyMEs y; con bajo acceso a la seguridad social (solo 22% de los trabajadores). La totalidad del gasto social del Paraguay es de apenas el 8,6% del PIB frente al 20,2% promedio de todos los países del Mercosur; siendo el gasto en salud de 1,8% del PIB frente al 4,6% promedio del Mercosur y, de educación 3,1% del PIB frente al 5,6% promedio del Mercosur.

 

En síntesis, este es un Estado que privilegia al 10% de la población del país que gana por encima de dos salarios mínimos y, en particular al 1% (alrededor de 70.000 personas o unas 14 mil familias, frente a siete millones de personas o 1.400.000 familias) que gana 84 veces más que el 10% más pobre y concentra más de la mitad de la riqueza que se produce en el país.

 

Apenas se comenzó a hablar de la necesidad de ciertas reformas en el Estado, el mismo Gobierno se ha adelantado intentando liderar el debate, pero con una clara perspectiva de acordar los “cambios” del poder por el poder.

 

Desde el Partido Paraguay Pyahurá propugnamos claramente un cambio radical de este Estado dependiente, oligárquico y corrupto, sobre las bases de un modelo de desarrollo equitativo, beneficioso para toda la población y sustentable respecto al medio ambiente. No obstante, nos parece importante la posibilidad de avanzar hacia algunas reformas del Estado y la realización de políticas públicas que impulsen el desarrollo productivo que pudieran mejorar las condiciones de bienestar de la población. Exponemos a continuación algunas líneas de acción al respecto:

 

En lo político: Planteamos la conformación de una Junta Patriótica conformada por personas honorables y comprometidas con los intereses del país, de sentido patriótico, reconocida honorabilidad y honestidad, comprometidas con una patria nueva. Asimismo, la reforma del Código Electoral con vista a una verdadera participación de la sociedad en las tomas de decisiones respecto a los problemas nacionales.

 

En lo económico: a) la realización de la Reforma Agraria, mediante la redistribución de la tierra, el desarrollo de la infraestructura rural, la expansión de los servicios públicos y sociales y el apoyo integral a la agricultura campesina e indígena productora de alimentos, mediante el acceso a la tierra, la semilla y el agua, tecnología apropiada, asistencia técnica y crediticia, aumentando la productividad y el acceso justo a los mercados, con miras a asegurar el abastecimiento alimentario nacional; b)la diversificación productiva, para cambiar la base económica del país con mayor peso en los procesos de industrialización y protección de la industria nacional; c) inversión en infraestructura y servicios públicos y sociales para reactivar el trabajo y el consumo; d) negociar el tratado de Itaipú, de forma participativa y transparente, en función de los intereses nacionales y con el objetivo de apoyar los procesos de industrialización del país y la provisión de un servicio público de calidad; e) protección de la producción nacional, castigando seriamente el contrabando y controlando efectivamente los precios de la canasta básica en los centros de comercialización.

 

En lo social: Implementar una política de protección social universal con énfasis en: a) la inserción laboral y productiva con puestos de trabajo formalizados; b) la previsión social, extendiendo la obligatoriedad a los trabajadores informales urbanos y rurales; c) la priorización de los jóvenes y las mujeres, con capacitación laboral y servicios productivos; d) el acceso universal a servicios de salud de calidad, priorizando la atención primaria a la salud y el aumento presupuestario como mínimo del 5% del PIB; e) el acceso universal en todos los niveles a una educación de calidad, adecuada a las necesidades del país y con un aumento presupuestario como mínimo del 7% de PIB; f) la universalización de los servicios públicos de calidad, especialmente en el área rural donde el déficit es más pronunciado; g) la participación de las comunidades indígenas en las decisiones de políticas públicas.

 

En la administración pública: Reforma de la administración pública con una racionalización institucional conforme a políticas prioritarias, eliminando superposiciones institucionales, todo tipo de privilegios, mecanismos de corrupción, clientelismos y rentismo estatal; b) aumento de los ingresos genuinos del Estado a través de una Reforma Tributaria de mayor presión, hasta llegar al mínimo del 20% del PIB, progresivo y directo, que afecte más a los que más ganan, a los sectores cuyos productos generan altos costos sanitarios como ser el tabaco, las bebidas alcohólicas y azucaradas y la comida chatarra y, al sector extractivista que exporta productos con nulo o bajo valor agregado, destruye y contamina el ambiente y las comunidades rurales, desplazando la agricultura campesina productora de alimentos, aumentado la dependencia alimentaria; incorporando el impuesto a las grandes fortunas, así como la progresividad y centralización del impuesto inmobiliario.

 

El debate sobre las reformas debe ser amplio y democrático, con la participación de toda la sociedad y no entre cuatro paredes como para que no cambie nada o responda solo a la conveniencia de los grupos dominantes que se resisten a sacrificar el más mínimo privilegio. La organización y el debate interno de los sectores sociales históricamente excluidos será fundamental. 


Mientras el Estado no atienda las necesidades de Ña María y su familia, así como de la mayoría de los paraguayos y paraguayas que se encuentran en la misma condición, el Estado seguirá siendo ilegítimo y un instrumento de dominación de una minoría con poder económico y político. Entonces, solo la construcción del poder popular podrá avanzar hacia una patria nueva.

Editorial Nº 1, Julio 2020

 



Estamos volviendo después de una pausa en nuestra edición, pausa debido a que necesitábamos priorizar otros aspectos de la vida política de nuestro partido. Con esto no decimos bajo ningún sentido que este aspecto no es importante, sino que en el esfuerzo que hicimos ya se nos escapaba la posibilidad real de seguir teniendo nuestra voz oficial por escrito. Así también no hemos dejado de insistir sobre esta necesidad: día tras día fuimos buscando alternativas y posibilidades. Hoy pudimos concretar esfuerzos militantes y con esos esfuerzos estamos saliendo de nuevo.

Y salimos con un nuevo nombre: PODER POPULAR, una expresión política que venimos gritando desde hace unos cuantos años atrás y nos parece que refleja nuestro sentir, nuestro esfuerzo, nuestra tarea militante en la construcción de poder popular, y así ir encaminando al pueblo hacia una patria nueva.

Además salimos en un momento en que la pandemia del Covid 19 sacude a la mayoría de los países y naciones del mundo, y con la misma se evidencian y se desenmascaran aún más las consecuencias de las políticas aplicadas en el mundo. El ataque irracional al medio ambiente, los cultivos masivos y envenenamiento, la disputa por el reparto del mundo, las guerras comerciales, entre otros, quedan aún más evidenciados en esta coyuntura.

Desde hace varias décadas, en nuestro país se vienen aplicando políticas de subordinación con consecuencias terribles para el pueblo. Con esta pandemia quedó una vez más demostrada la postergación histórica de la salud, el hambre se agudizó aún más, la fragilidad de los puestos de trabajo quedó al desnudo con el despido de cientos o tal vez miles de obreros y obreras, el trabajo informal que posibilita el vivir día a día quedó expresado en la queja de muchos compatriotas.

Finalmente, por esta vez, queremos decir que ojalá sirva esta publicación para la militancia de nuestros compañeros y compañeras, que sea valorada como material de apoyo para las tareas que emprendemos día a día, utilizándola como herramienta política.

Y para todas las personas que, sin ser militantes, nos siguen en nuestras páginas, hoy tendrán en sus manos un esfuerzo por escrito que ojalá vaya construyendo lazos de esperanza y luchas de manera conjunta.

SEGUINOS

  /PartidoParaguayPyahura

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 @ppyahura 


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